Confesiones (Continuación I)
Una vez imagine un mundo lleno de maravillas; de personas solidarias (gente “buena”), de salud, de cooperación, de respeto, de oportunidades; o mi decepción…
Para un niño aprender, ver, oír y presenciar; mentiras, estafas, robos, odios, rencores, violencia, guerra, muertes, lujuria, envidias y codicias; es el fin de su inocencia y la muerte de sus sueños. En ese entonces cuando era niño y viví “en carne propia” la miseria de los humanos; morí… Surgió dentro de mí lo más oscuro de la sociedad “humana” y me prometí: “Ser el mejor, el más fuerte, el más rápido y ágil, el más listo e inteligente, el mas “poderoso”, el mejor de lo mejor en lo peor para que nadie se aprovechara de mi, ni me pisoteara y ser superior a todos”.
Fue entonces cuando lo que vivió por mi fue un ser de pura maldad, no se imaginan hasta qué grado, para darse una idea sin chistes, vacilaciones ni juego; “odie con todo mi nuevo y negro corazón mi condición humana”, me repetía una y otra vez: “Humanidad, de humanos no tienen nada, solo son bestias ignorantes con complejo de superioridad y autodestructivas; lujuriosos, orgullosos, iracundos, envidiosos, codiciosos, perezosos, trogloditas y llenos de mentiras e inmundicia; no se han dado cuenta que le han dado su alma al demonio a cambio de nada. Necesitan un nuevo “AMO” a quien servir”.
No había oportunidad que pasara para venderle mi alma al demonio a cambio de poderes superiores e inimaginables; por tal motivo me interesé por la brujería y las artes negras; por suerte para todos, no lo logre (creo). Así creció un chavo inteligente, callado, antipático y con el único deseo de destruir y gobernar a la (in)humanidad. Paso la primaria, la secundaria, hasta que llego al bachillerato; ahí fue donde por aviso de mi hermano mayor supe de una “escuela” donde daban conferencias de conocimientos superiores; ahí fue donde aprendí sobre el camino recto y la vida de los iniciados; sobre GNOSIS.
Así curse el bachillerato y la nueva “escuela” pero no olviden al chico oscuro; que entonces quería saber más, claro de acuerdo a su conveniencia, y decidió ir a la mera “mata” del conocimiento; “El monasterio” y para ello que mejor que un curso de instructor (“misionero”), fue así que terminando el bachillerato llegue al internado donde después de 4 meses de; disciplina, trabajo, practicas, clases y soportar a los compañeros; por fin me gradué. Pero para esto no fui, ni Salí solo del internado, avían otros de mi “escuela local” que se avían ido conmigo y por desgracia le toco a uno, soportarme como compañero. Con el paso del tiempo me dedique a formar una escuela y abrir cursos, que después de algunos años deje ya que me cambiaron de lugar y regrese al “monasterio” donde conviví con otros chavos y chavas, de las cuales, una de ellas fue especial ahí (es otra historia).
Después de algunos meses me cambiaron a otra escuela y a ella tambien; pero sin saberlo, algo dentro de mi estaba cambiando; y después de algunos meses, por causas del “destino” me regresaron a mi pueblo ya que hubo problemas, pero en el viaje de regreso; (el cual fue muy buen rato) sucedieron más cosas; fue ahí, entonces que revivió el niño de 5 años que alguna vez vivió y murió en mi; el cual lucho incansablemente por hacer a un lado esa entidad que vivió por “EL” tantos años, es entonces que recupere lo que había perdido, fue entonces que inicie mi regreso y comenzó el duro y difícil cambio; porque por desgracia, el ente no está muerto, he ahí el sentido que tiene:
"LA VIDA VALE DE ACUERDO A LOS ACTOS QUE REALICEMOS".
